El 18 de septiembre de 1895, Daniel David (D.D) Palmer estaba trabajando en su oficina cuando un conserje, Harvey Lillard, comenzó a trabajar cerca de él. Un ruidoso camión de bomberos pasó cerca de la ventana, y a Palmer le sorprendió que Lillard no reaccionara. Se acercó al hombre e intentó iniciar una conversación. Se dio cuenta de que Lillard estaba sordo.
Con paciencia, Palmer consiguió comunicarse con el hombre y supo que había escuchado con normalidad la mayor parte de su vida, hasta que un día sintió un crujido en su espalda. Cuando se levantó, se dio cuenta de que no oía. Palmer dedujo que los dos acontecimientos, el crujido en la espalda y la sordera, tenían que estar conectados. Entonces convenció a Mr. Lillard para que le dejara ajustarle. Cuando la vértebra volvió a su sitio, el hombre recuperó la capacidad auditiva que había perdido durante diecisiete años.
El relato del éxito de Palmer en la curación de la sordera corrió como la pólvora. Pronto, gente de todo el país que padecía sordera esperaba su milagroso tratamiento. Aunque tuvo éxito ayudando a algunas personas con sordera, pronto se dio cuenta de que muchas otras afecciones se aliviaban con el mismo tratamiento. Durante los siguientes meses, pacientes con todo tipo de problemas, incluidas fiebres, ciática, migrañas, dolores de cabeza, problemas estomacales, epilepsia y problemas de corazón, acudieron a Palmer. Pese a que nunca utilizó medicamentos, bajo los cuidados de Palmer las fiebres remitían, los dolores acababan, las infecciones mejoraban, la visión se recuperaba, los problemas estomacales desaparecían, y desde luego, se recuperaba la audición. Pese a que la quiropráctica demostraba ser una vía valida para mejorar la salud, no resultó fácilmente aceptada. A principios del siglo XX, la comunidad médica se asustó del éxito de Palmer e inició una cruzada contra la quiropráctica. En 1905 fue acusado de ejercer la medicina sin licencia. Se le condenó a 105 días de prisión y a pagar una multa de 350 dólares. D.D. cumplió su condena y pagó la multa, pero no dejó de practicar ajustes. Sus pacientes (incluido su carcelero) acudían a su celda de la prisión para que les hiciera ajustes.
QUÉ ES LA QUIROPRÁCTICA
Se basa esencialmente en la capacidad que tiene el organismo de curarse por si solo. El sistema nervioso controla y coordina cada órgano y tejido del cuerpo. La relación entre la columna y el sistema nervioso predice el estado de la salud. Si esta linea de comunicación no tiene interferencias, entonces no hay problema. El cuerpo funciona al 100% y su capacidad de adaptación es óptima. Debido al estrés, las malas posturas, accidentes, o caídas, las vértebras se mueven fuera de su sitio e irritan el nervio. Lo que hace la quiropráctica es asegurarse que las líneas de comunicación estén abiertas, que el cerebro sepa lo que ocurre y pueda mandar órdenes para mantener sano el cuerpo y curarse en caso de enfermar.
Todo está relacionado con el sistema nervioso y es la columna el que lo protege. Al tener un problema en la columna, repercutirá en unos síntomas u otros. Por ejemplo, cuando hay desvíos en la cervical C2, afecta al riego de la cabeza, lo oídos, los ojos…. Muchas veces, los dolores de cabeza vienen de aquí. También los vértigos, los mareos, los problemas de tiroides, sinusitis, y otitis en los niños.
Al arte de RECOLOCAR la columna se le llama AJUSTE