La interacción entre cerebro, corazón y microbiota

En nuestro cerebro influye la microbiota, esos millones de microorganismos que viven dentro de nosotros, la salud cardiovascular y la respiración. Somos una relación simbiótica entre lo que tenemos dentro y nuestro cuerpo. Descubre en esta entrevista a la prestigiosa neurocientífica Nazareth Castellanos, la interacción que existe entre el cerebro, el corazón y la microbiota. 

Nazareth Castellanos es investigadora científica. Licenciada en Física Teórica, tiene un doctorado en Medicina, máster en Matemáticas aplicadas a la Biología y en Neurociencias. Ha publicado casi 40 artículos en prestigiosas revistas científicas internacionales. Ha impartido clases en universidades de Alemania, Inglaterra España y Estados Unidos. Ha participado en 20 estudios científicos, liderando 5 de ellos. Actualmente es Directora de Investigación y Desarrollo de Nirakara Lab.

MT. Somos más bichos que seres humanos. Tenemos un zoológico de bacterias, virus y otro microorganismos que conviven mas o menos en armonía dependiendo de lo que lo cuidemos, ¿verdad?

Ese es mi tema, es que me encanta. Y además en la neurociencia podemos ser muy soberbios con eso de estudiar el cerebro, pues mira por donde que la caca te va a dar mucha más información. El estudio de la microbiota ha dado un vuelco a la investigación de Alzheimer. Me he pasado años estudiando la caca, ¿por qué? Porque la microbiota la medimos con ella. Como tú dices, tenemos 100 veces más bichos que células.

MT. Ósea que somos mas bichos que humanos…

Si, hay un investigador John Cryan que nos define como máquinas ambulantes de bichos, el transporte de tantos bichos. Ahora lo que está demostrando la ciencia es que en la microbiota influye el estilo de vida, la salud cardiovascular y la dieta. Hay también factores genéticos, influye el ambiente, y el estrés, pero fíjate lo importante que es la dieta que regula el sistema endocrino, las hormonas, y eso ya nos habla mucho de cómo nos sentimos. La repercusión directa que tiene con el sistema inmune y también lo que influye la dieta en el sistema nervioso central. Y hace aproximadamente un año, salió el primer estudio que demostraba la vía anatómica entre intestino y cerebro.

MT. ¿Podríamos hablar entonces de que existe un solo cerebro con diferentes estaciones? ¿De que existe una interconexión entre el cerebro, el corazón y el intestino?

Totalmente, es una red.

MT. ¿Y cómo nos seguimos empeñando en estudiar las cosas aisladamente? Y no sólo eso, sino que lo que implica esa red en nuestro cuerpo, imagino que también existe esa interconexión entre tú y yo y entre todos los seres. Quiero decir, que estamos cambiando mucha información entre tú y yo que no vemos. Además, nuestro cerebro está en una caja oscura, percibimos el mundo a través de unos pocos sentidos que además son limitados. Ni vemos todos los colores, ni oímos todos los sonidos… Después, lo que percibimos pasa por una serie de filtros en el cerebro, dándole también a esa experiencia una cualidad emocional determinada por nuestras experiencias, creencias, valores, cultura…

Totalmente, la realidad la creamos, todo está en la mente. Desde que se procesa la información hasta que yo soy consciente, me la han dado ya muy masticada. Todo eso es nuestra representación interna del mundo, pero no la realidad. Y si, lo que dices de la ciencia, aunque ahora se está abriendo mucho más, siempre ha estado toda esa creencia de que “mirando por una lupa” vemos más. La ciencia ahora está dando pasos gigantes desde que China se ha metido tecnológicamente. Han invertido en investigación millonadas, en comprar laboratorios enteros de Europa y Estados Unidos. En Occidente tenemos la tecnología y en oriente tienen otra visión, y esa unión está enriqueciendo la ciencia.

MT. Qué opinas que desde el gobierno español se esté desprestigiando medicinas milenarias, como la china o la ayurveda, tachándolas de pseudocientíficas.

Pues que es una pena. Leía en un periódico nacional “Terapias de las que tienes que salir corriendo” y nombraban el mindfulness. Me parece que lo más pseudocientífico es hacer eso, porque no le han dedicado ni 5 minutos. Si tu pones en internet mindfulness y neurociencia o mindfulness investigación, salen miles de artículos, así que antes de decir algo así infórmate un poco. Yo creo que hay que tener control y creo que las cosas de la salud son muy serias y que hay gente que a lo mejor abandona unos tratamientos frente a otros. Yo creo que todo tiene que ser complementario. No me volcaría sólo en uno, ni en uno ni en otro, pero de ahí a demonizar… La acupuntura se salva un poco, porque hay más artículos y porque está China detrás. Y como decía, China está haciendo una investigación muy top en microbiota y en Alzheimer.

MT. Tenemos que aprender a hablar chino Nazaret.

Bueno, me encantaría. Mi pareja hace Chi Kung, es profesor de Tai Chi  y hablan del hígado y el intestino y tienen esa visión de la energía y los órganos. Y ahora se sabe que el hígado en el Alzheimer tiene una importancia increíble.

MT. Si, en la medicina china además, relacionan cada órgano con las emociones. El miedo con los riñones, por ejemplo.

Si, y la dieta, importantísima.

MT. Cuál sería el mejor alimento para el cerebro.

Se saben los peores, el azúcar muy malo. Azúcares vía también neurotransmisores son estresores. Y el excesivo consumo de gluten tampoco es bueno porque hace que en nuestras capas del intestino se generen poros donde se filtran desechos al torrente sanguíneo y esto hace que el sistema inmune se active. Entonces aunque no seamos celíacos, sí que dicen que habría que reducir su consumo.

MT. Entonces me imagino que el azúcar no es bueno ni para el cerebro, ni para el corazón, ni para la microbiota.

Si, fíjate, los factores de riesgo cardiovascular son los mismos que los factores de riesgo de demencia.

MT. Y sabiendo que todo está interconectado, seguimos un poco ciegos en el enfoque de la salud y la enfermedad.

Todavía no se ha transferido tanto este conocimiento, nosotros hacemos muchos cursos de divulgación científica de la universidad.

MT. Si, hacéis unos cursos fantásticos de neurociencia muy didácticos y que explicados por ti son una maravilla.

Gracias, lo ofrecemos también online para que puedan acceder gente de todas partes. Y la idea era repasar todo el cerebro, cómo funciona, pero siempre con la perspectiva que yo quería ¿de qué nos sirve esto para conocernos? Luego hay otro de neurociencia de la meditación y otro de interacción cerebro cuerpo que a mí me fascina. Cuando estamos diciendo que influye en nuestro cerebro la microbiota, esos millones de microorganismos que viven dentro de nosotros, la salud cardiovascular y la respiración, y luego la gente dice: “es que yo he decidido… “, pues no sé donde has quedado, porque somos un conjunto, una relación simbiótica entre lo que tenemos dentro y nuestro cuerpo. ¿Qué diferencia hay entre “yo” y los que están ahí dentro? ¿Dónde estás tú? ¿Tú eres el que realmente ha decidido? Digamos que se ha decidido entre todos. Entonces sí, hay que quitarse mucho de en medio. Una de las cosas que más me gusta de los estudios de la neurociencia de la meditación, es que nos demos cuenta de lo errática que es nuestra mente. Volvemos a lo de antes, a ser más humilde.

MT. Para terminar, ¿qué consejo nos darías?

Que hay que cuidarse mucho. Los que hemos estudiado Alzheimer durante tanto tiempo, nos damos cuenta cuando ya no se puede hacer nada. Uno mira atrás y dice “cómo no he cuidado mi cuerpo, cómo no he cuidado mi mente”.

MT. Y que meditemos, ¿no?

A meditar, a hacer ejercicio. Hacer ejercicio previene mucho. Que respete su mente, y cuide su cuerpo. Al final lo que cuenta es cómo has vivido tu día a día. Entonces ver que esto es una maravilla, lo maravilloso que tenemos que conocer y que no sabemos nada. Aprender a ser más humilde también.

MT. La mente es como un universo ¿no crees? Somos como un holograma del universo.

Me gusta mucho el concepto holograma. Fíjate que ahora se conoce al ser humano con una descripción que me encanta de Rosenberg. Somos Holobionte, que es interacción de vida. La microbiota tiene mas genes que nosotros, y nos los pasan. Somos un conjunto de vida, el cerebro tiene vida, el corazón, los intestinos, el útero… somos una interacción de vida.

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